Un contestataire cubain
La entrega de banderas cubanas a una veintena de artistas e intelectuales cubanos, pertenecientes al “parque jurásico gubernamental”, por el titular de Cultura, como reconocimiento a su vergonzoso comportamiento en el Foro Social de la VII Cumbre de las Américas, criticado y repudiado en el mundo entero, resulta deplorable.
Es verdad que la enseña nacional, ultrajada bastante a menudo por su uso indebido y festinado, con el tiempo ha ido perdiendo, entre muchos cubanos de a pie, el respeto que siempre mereció, principalmente en los momentos más complejos de nuestra historia.
Prohibida su utilización como prenda de vestir (algo normal en la de algunos países), resulta una ironía utilizarla ahora como “colcha de trapear”.
La actitud marginal y de “guapos de barrio” de estos artistas e intelectuales, en lugar de un reconocimiento, bien merece una reprimenda, por lo mal que han dejado parados a todos los cubanos.
Verdaderos representantes de…
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